"¡BOKEAGA, CÓMO VAS!"
A veces fantaseo con épocas de mi vida en las que no bebía. Finjo recordar momentos de mi juventud en que no salía a emborracharme por ahí. Lo que hago es simular que llevo sólamente dos años haciendo esto. Por suerte, gente que me conoce desde hace años como Maican, Diego o Gontzal me recuerdan que no es así, que he sido un borrachín toda la vida.
Sin embargo, no soy un noctámbulo con lagunas espacio temporales. De hecho creo que tuve una a los 17 años en la que nunca supe cómo había llegado a casa. Pero poca cosa... Lo verdaderamente preocupante son las visiones. Las cosas que yo ví y no estaban allí. Bueno, lo cuento y luego cada uno podrá sacar sus propias conclusiones.
Sucedió en KU, la discoteca de Donosti perdida en el monte Igeldo y cuyas tardes de sábado nada tenían que ver con las noches de desenfreno de su homónima ibicenca: adolescentes mirando a chicas inalcanzables, espasmódicos bailes al ritmo de "Thunder" de AC/DC que transitaban entre la timidez y la vergüenza ajena y chupitos de tequila que provocaban naúseas prematuras.
Esa tarde había bebido bastante kalimotxo e iba al baño de KU con demasiada frecuencia. Y cada vez en peores condiciones. En uno de los momentos más bajos de la tarde entré en el baño dando tumbos y me coloqué ante un urinario. Mi cabeza daba vueltas y una voz me gritó desde la puerta del baño...
"¡COBEAGA, CÓMO VAS!"
Le miré a la cara. Era un tío mayor que yo. Iba pedo, pero no tanto como yo. El caso es que su cara no me sonaba de nada. Uno puede estar al borde de un coma etílico pero siempre reconoce rostros amigos. Pero el caso es que a ese tío NO LO HABÍA VISTO EN MI VIDA y me hablaba con la camaradería de un compañero de pupitre. Me pareció raro, pero más extraño fue que ese mismo acontecimiento volvió a producirse en varias ocasiones más.
En el baño de KU dos veces más, en un bar de San Bartolomé volvió a ocurrir, en la Parte Vieja en una Nochevieja.
Nunca supe quién era ese ángel de la guarda que me recordaba mi estado etílico. Aunque para restarle misterio al asunto sospecho que era un amigo de mi hermano, un listillo de colegio de pago.
9 Comments:
En una de las fotos me ha parecido reconocer al protagonista de "Don Quijote y Sancho Panza". ¿Es cierto que fue rechazado en el casting de uno de tus cortos?
Además de un chingotoide, es usted un falanfacista que no recuerda cómo llegó a casa una noche de 1994 porque nosotros -sus presuntos amigos- le olvidamos en un portal junto al fenecido Kopas.
Exijo hacer ya mismo una ruta nostálgica de borrachera por ese santo lugar mariano llamado LA ZONA. Quedan pocos bares pero son bien avenidos: Zakro, Pacha, Kentucky, Moro... Prometo decadencia y, sobre todo, NOSTALGIA, con señalizaciones concretas del lugar en el que le dí el primer beso a Lorea o la calle por la que bajó Diego a lomos de una bici BH robada.
Y si no lo haces, elaboraré un informe completo sobre aquella época en la que:
a) Lucías una bandera española en el chásis de tu reloj Casio
b) Aspirabas a tener un coche con matrícula BC-1977-AP. Lo de BC, queda claro por qué. Lo de 1977, también, pero lo de AP...
NI OLVIDO, NI PERDONO. CHAQUETERO.
1) Efectivamente mi ayudante de dirección lo rechazó como figurante en ÉRAMOS POCOS por su "aspecto extravagante", señor González. Es decir, un look más propio de un guateque yeyé que de una calle de Usera, donde transcurre el corto.
2)Querido Gonzalo, no remueva mi pasado derechón que entonces removeré yo su PRESENTE DERECHÓN. Mejor equivocarse y corregir errores que hacerse de falange española, que es donde usted va a acabar.
No sé si la ruta nostálgica por San Bartolomé será buena para usted, porque con esto del cambio de las pesetas a los euros euro, le dará un jamacuco cuando le cobren un katxi del MORO a 12 euros. ¿Cuánto es eso en pesetas, eh, Gonzalo?
12 euros son 2.000 pesetas.
La canción se llama Thunderstrack.
Y TODO lo que ocurra en un establecimiento de ocio sito en el monte Igeldo tiene que ser, por definición, RARITO.
No, es Thunderstruck.
Dita sea...
Hace un par de días me disponía a salir de un bar y el que me sujetó la puerta porque iba a salir antes que yo pero lo detuvo la cortesía de modo que salió después fue Ramón Barea.
Por eso al salir de aquel bar pensé en ti.
La voz era tu conciencia... ¡arrepiéntete pecador!
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